Un viaje leve al exótico fin del mundo

La última frase del último párrafo en la página final de la novela  Seda dice:

De vez en cuando, en los  días de viento,  descendía hasta el lago y pasaba horas mirándolo, ya que, dibujado en el agua, le parecía ver el inexplicable espectáculo, leve, que había sido su vida.

La entrada anterior de este blog me inspiró para escribir algo sobre este libro empezando por su final. Normalmente no comparto el gusto de comenzar los libros leyendo el final. Confieso que tengo un miedo horrible a que alguna de esas palabras me desvele el desenlace y arruine el misterio. Sin embargo, en esta novela del escritor italiano Alessandro Baricco (Turín, 1958) cierra con ese párrafo a modo de resumen perfecto de la historia que ha desarrollado en páginas anteriores. Desvela la clave en la vida del personaje sin decir nada. “Lo que no me gusta es hablar de mis libros, ellos deberían hablar por sí mismos” afirmaba el turinense en una entrevista concedida en Bilbao recientemente.

Lineas Discontinuas

Alessandro Baricco

Seda (1996) es una novela romántica, sensual, poética y, sobre todo, sutil. En pocas páginas nos cuenta la vida del joven mercante de seda Hervé Joncour que financiado por su mentor viaja al desconocido Japón en búsqueda de gusanos de seda, que suponían la base de la economía de la población francesa donde residía.  De este modo parte para lo que era conocido como “el fin del mundo” a tratar de negociar con un archipiélago infranqueable para el comercio de la época, dejando a su mujer en Francia esperando su regreso.

El Japón que Baricco nos da a conocer no es nunca un conjunto de descripciones de paisaje, sino un cúmulo de sensaciones, en las que el tacto suave de la seda y el silencio del espacio se entremezclan.  Junto al protagonista  atravesamos las provincias de Ishikawa, Toyama, Niigata, Fukushima y la ciudad de Shirakawa. Allí descubrimos un mundo que ya no existe. Hervé Joncour consigue volver a Francia con su mujer. ¿Cómo es el fin del mundo? -le preguntan. Invisible – responde.

locandina

Versión cinematográfica del 2007

Este primer contacto con el país de dónde procedía la mejor seda del mundo será solo el principio de su historia. La atracción hacia una mujer de ojos occidentales y cara de niña le hará regresar. Es una pasión que no habla el mismo idioma pero que no es capaz de resistir.

Mil veces buscó los ojos de ella, y mil veces ella encontró los suyos.

En Seda Baricco consigue en pocos capítulos reproducir las emociones de una historia tenue, vaporosa, ligera, muy leve pero inolvidable y tan valiosa como la seda. No describe Japón, lo hace sentir; no recrea una época, la hace soñar.

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